Temporal
REUNIÓN DEL 17/02/2021
L. 00:28:18 Despedida
en la estación
1.
Divaldo
siente la necesidad de irse. “De quedarme aquí, nunca sabré quién soy de
verdad”. Al fin y al cabo,
no siempre podremos encontrar nuestro destino en el sitio donde estamos. Hay
veces que toca irse, otras veces no. Es la aventura de la vida: “buscad y
hallaréis”, dijo Jesús (Evangelio según San Lucas 11,9). Pero los amigos y la
familia, con sus buenos y malos consejos y ejemplos, son una excelente forma de
aprender. Es dolorosa, pero es menos dolorosa que pasar por la propia
experiencia de nuestros propios errores.
M. 00:30:19 En casa de
Doña Laura
2.
Llega
a su habitación, que está llena de espíritus amigables. Eso le facilitará
cargarse de energía positiva. La casa de Doña Laura tuvo que ser una fuente muy importante para la
evolución de Divaldo.
3.
Da
limosna. La compasión con los necesitados es algo que nunca debemos olvidar.
Recomiendo leer el artículo La caridad (2),
donde se explica que cuando alguien está en la calle pidiendo, es porque tiene
necesidad. Estar pidiendo en la calle tiene que ser verdaderamente duro, es
algo que a nadie le gustaría que le pasara. La compasión no implica sufrir,
sino comprender; com-pasión, comprender-la-pasión (ver definición en Diccionario)
También hay otro artículo que habla de los “profesionales de la caridad”, donde
indica “entregar una pequeña cantidad de dinero a alguien que esté en la calle
pidiendo, puede aplacar vuestras conciencias, pero hay personas que viven de
eso. Ellos os dan lástima y vosotros les dais dinero” (ver artículo Una
nueva sociedad). Muchas veces no sabemos hasta qué punto hacemos
bien, porque dar limosna a alguien así es contribuir a mantenerlo en esa
situación. Pero no se puede dar una respuesta que sirva para todas las
situaciones. Hoy puedes encontrarte con una persona que pide y sientes que no debes
darle y otro día ves a la misma persona y sí le das. En los dos casos, sale de tu
corazón lo que haces, y la intención es lo que cuenta para Dios (ver artículo Utilizar animales de laboratorio).
Tenemos que entender si nuestra intención está sostenida en el amor o no. Todo
en la vida tiene una finalidad (ver artículo Valorar los
defectos o sufrimientos), pero eso no significa que tengamos
que ser pasivos ante todo lo que ocurre.
4.
“Las
comunicaciones mediúmnicas son muy desgastantes”, especialmente si se
establecen con espíritus atormentados o sufrientes, ya que hay intercambio
energético del espíritu que más luz tiene al que tiene menos. En este caso, el
médium perderá energía, que recibirá el espíritu sufriente. Al finalizar la
sesión, el Guía Espiritual debe regenerar la energía desgastada del médium,
para evitar que pueda enfermar. El desgaste energético afecta mucho a la salud, y un ejemplo se puede
ver en esta pandemia, donde el miedo baja mucho las defensas, y muchas personas
pueden padecer enfermedades, solo por el miedo generado, por la bajada de ánimo
(la palabra “ánimo”viene de “alma”).
5.
“Las
reuniones mediúmnicas son trabajos muy serios. Así como necesitamos la
espiritualidad, ella también nos necesita”. Las enseñanzas de los Hermanos
Espirituales elevados son nuestro gran regalo espiritual, pero la ayuda a las
almas atormentadas es nuestra gran contribución. Recomiendo leer los artículos El consumo de
energía del médium durante la canalización y, El cansancio
del médium tras canalizar.
En
relación con las enseñanzas de los Hermanos Espirituales elevados, sería muy
difícil para nosotros que, a través de la experiencia, pudiésemos adquirir toda
esa sabiduría. Un ejemplo de ello se muestra a partir del minuto de este vídeo, que recomiendo
escuchar completo, donde se hace referencia a que tribus nativas descubrían remedios
terapéuticos en la selva. Aquí se demuestra que hay “algo” que está fuera del
conocimiento experimental, y que podría ser, muy posiblemente, las enseñanzas
de espíritus que les pudieran transmitir la información que necesitaban. En el
punto 93 de este documento se incluirá un ejemplo de ello.
Nos
han repetido en varias ocasiones que utilicemos un procedimiento sistemático
para perfeccionarnos, para ir incorporando capacidades por medio de la práctica,
de modo que podamos tener preparada nuestra “buena actitud” ante sucesos
previsibles, en lugar de tener que observar los errores cometidos. Esto nos
facilita el progreso basado en el éxito, en lugar que basarlo en la reparación
del error.
También
es importante la dosificación, ya que es necesario asimilar lo que aprendemos,
y demasiada información es como demasiada comida, que no se puede asimilar
bien. Lo bueno acaba siendo perjudicial.
En
cuanto a la ayuda a las almas atormentadas, una vez preguntamos a los Maestros
Espirituales si podría ser más fácil que los desencarnados pudieran apoyar a
los sufrientes desencarnados. La respuesta fue tan evidente que nos costaba comprenderla
por nosotros mismos. Nos dijeron que todos los espíritus se atraen entre sí por
afinidad, y un espíritu sufriente, por ejemplo, que le guste el alcohol, será
atraído por los encarnados afines, que estarán bebiendo. Y los desencarnados
todavía sufrirán más, porque no podrán beber ellos. Así, de acuerdo con
nuestros defectos y virtudes, los espíritus serán atraídos por nosotros. Y si,
por nuestros defectos, atraemos a hermanos con problemas similares, y les
mostramos cómo podemos superarlos, les estamos dando la oportunidad de que en
sus próximas encarnaciones estén más preparados para poder elevarse por mérito
propio, ya que tendrán registrado ese aprendizaje de ejemplo. El ejemplo es la
mejor enseñanza que podemos recibir y que podemos dar.
Y
no es necesario estar viéndolos, ni sufrir por ellos (ver artículo La compasión).
El hecho de hacer oración por ellos es una excelente forma de enviarles energía
amorosa (ver artículo Enseñanzas
sobre la oración), y esa energía es la única que,
cuanta más das, más crece dentro de ti. Divaldo dice que tiene una larga lista
de personas por las que hace oración todos los días, porque cada vez que un
espíritu sufriente, encarnado o desencarnado, recibe una oración personal, es
como si recibiese un soplo de aire fresco. En el libro de Yvonne A. Pereira “Memorias
de un Suicida” (descargar)
se explica el alivio que reciben “esos infelices para los que existe un solo
bálsamo: - la oración de las almas caritativas”. Asimismo, también explica en
esta obra que “los médiums deberían contribuir con grandes parcelas de sus
propias energías para alivio de los desgraciados que les golpeaban la puerta”.
Por último, en el prefacio de esta obra, Leon Denis expresa “¡Y si las lágrimas
alguna vez rocían tus mejillas, al paso de un lance más dramático, no resistas
contra el impulso generoso de exaltar tu corazón en oración piadosa, por aquellos
que se retuercen en las trágicas convulsiones de la inconsecuencia de infracciones
contra la Ley de Dios!”
N. 00:31:26 Llegan a la primera
reunión mediúmnica
6.
“Puede
que incluso un espíritu se manifieste a través tuyo”. Las reuniones mediúmnicas
no pueden garantizar el contacto con los espíritus, porque existen unos
requisitos, como ya ocurrió cuando el hermano de Divaldo lo atormentaba sin
mala intención, pero en ese momento no podían comunicarse entre ellos (ver escena
Llega Doña Laura).
Esta
escena nos puede hacer comprender que los demás nos pueden estar causando daño
sin intención, y que nosotros también podemos cometer este error, no solamente
en el plano espiritual, también en el físico. Esta enseñanza nos permite dar un
salto evolutivo muy importante, ya que nos permite hacernos conscientes de los
errores cometidos, cosa que nos pasaba desapercibida anteriormente, quedando
pendiente compensar el daño causado. Hacer el bien es la forma de ir
compensando nuestros errores. Es como tener una cuenta corriente, con ingresos
y gastos, con actos buenos y malos.
7.
La
principal tarea del médium principiante es aprender, el resto se va
manifestando de forma natural.
La
experiencia compartida facilita mucho el desarrollo de las cualidades de cada
participante, al entrar en sintonía con otras personas que tienen vibraciones
similares, potenciándose mutuamente.
O.
00:31:46
El espíritu atormentador del médico
8.
El médico está tratado por la energía
que le aporta con las manos el hermano encarnado (Pallarés), y con la
intervención de otro médium, que intenta dirigir la comunicación. En ese momento estaba aplicando
energía sin mover las manos. El hecho de mover las manos o no carece de
importancia, depende de los impulsos que reciba el pasista, de acuerdo con la
ayuda que recibe.
9.
El espíritu atormentador es el que más
sufre. Cuanto más daño
produce, más daño se hace a sí mismo, ya que aumentan más y más su deuda como
consecuencia de sus intenciones.
Se
siente solo en el hospital, quiere que el médico sufra los mismos dolores que
está sufriendo. Culpa al médico de haber muerto porque rehusó a atenderlo por
ser “sucio y pobre”. Cuántos
médicos pueden sufrir obsesiones como consecuencia de que sus pacientes hayan creído
morir por desinterés del doctor, ¡incluso aunque hayan hecho todo lo posible!
Es posible que actitudes de distanciamiento que puedan tener algunos profesionales
sanitarios podrían estar influidas por sentir que esto podría ocurrir, aunque esto
no tiene por qué darse de forma necesaria.
Cuando las personas sufren mucho
durante su proceso de desencarnación, y si responsabilizan de ese sufrimiento a
alguien y no tienen suficiente elevación espiritual, al entrar en el mundo desencarnado
puede quedar adherido a esa persona y hacerle sufrir, siempre de acuerdo a la
afinidad fluídica o espiritual que tengan. Porque si el médico del ejemplo
tiene un nivel espiritual más elevado, eso no puede suceder. Esto nos explica
la trascendencia que tiene el juramento
hipocrático, ya que el comportamiento moral va más allá de todo lo visible
y tangible. La humanización de la medicina se está desarrollando
progresivamente, lo cual es muestra de que la humanidad sigue progresando, y todos
tenemos unas capacidades y unas responsabilidades, y a través de ellas podemos
influir en otras personas y en el progreso del mundo (ver artículo La
misión).
No obstante, el hecho de tener un vicio
no es consecuencia de tener espíritus obsesores, ni tener un vicio hará que
necesariamente aparezcan. De hecho, es incluso posible que un defecto de alguien
pueda servir para que desarrolle la resignación, y para que otras personas
puedan aprender también, por lo que no se debe juzgar a nadie.
Imaginémonos una ciudad llena de
imanes. Si aparece un trozo de hierro, se pegará al primer imán que se
encuentre y los demás seguirán como estaban. La atracción de espíritus con
defectos semejantes a los propios es algo parecido, pero es algo que solo
concierne al obsesor y al obsesado, y ambos tienen la oportunidad de perfeccionarse
al desarrollar la consciencia y seguir las fases del perdón de los pecados (ver
artículo El perdón de
los pecados). No
obstante, hay más espíritus desencarnados que encarnados
10.
El médium está ordenándole que se
vaya, pero no tiene suficiente luz como para hacer como Jesús y sus apóstoles,
que “expulsaban a los demonios”. Este médium no tiene bien comprendida la Ley del Amor. Uno de los muchos ejemplos de los
Evangelios aparece en San Lucas 11,14: “Estaba Jesús echando fuera un demonio,
que era mudo; y aconteció que, salido el demonio, el mudo habló; y la gente se
maravilló”. Este tipo de
hechos se han producido a lo largo de toda la historia de la humanidad, pero la
ciencia no puede analizar y demostrar muchos de los casos porque no se
reproducen de un modo sistemático.
11.
El espíritu obsesor, en lugar de irse,
contraataca, difamando al médium.
12.
Doña Silvina, en lugar de intentar
expulsarlo, le da la bienvenida y, pese a las resistencias del espíritu,
continúa diciéndole que son hermanos, hijos del mismo Padre. La luz de Doña
Silvina sí es suficientemente fuerte como para conmover al espíritu, que le
pide ayuda.
13.
El espíritu siente de forma recurrente
la agonía de su muerte, donde perdió mucha sangre. Esto parece que ocurre en
muchos casos de muerte con sufrimiento, donde el espíritu compensa el daño
producido por su comportamiento anterior, tanto encarnado como desencarnado,
con la recurrencia de la agonía de su propia muerte.
14.
Doña Silvina no discute con el
espíritu, sino que lo comprende y, aprovechando que muestra un mínimo de
atención, le explica que “devolver el mal que te hizo no te compensará. Si hoy
tú te vengas, mañana él también hará lo mismo, y el odio se extenderá por
siglos”.
15.
Surge un punto fundamental: el amor
por los que te han hecho daño,
que son las primeras personas por las que tenemos que orar, seguidas por las
personas que sentimos que sufren. Es lo que más bien nos puede hacer, siempre
que no lo hagamos desde un punto de vista egoísta. Doña Silvina muestra
que “no hay hipocresía al amar a los que nos odian”. Jesús lo expresó
claramente cuando dijo: “amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os
aborrecen; bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian”
(Evangelio según San Lucas 6,27-28). Hay que entender los efectos de las cosas, y el hecho de orar por las
personas que nos caen mal es una forma maravillosa de poder volver a contactar
con ellas en el nivel vibratorio del amor. Y Doña Silvina lo explica de
un modo magistral: “mi deseo no es que él quede libre de ti, sino que tú quedes
libre de él, porque eres tú el que más sufre”.
Cuando entramos en el circuito inacabable
del odio, no hay forma de mejorar. Pero cuando se adquiere la consciencia de la
situación, nos damos cuenta de que podemos ser protagonistas de la realidad en
la que vivimos porque, de hecho, lo somos. Y de acuerdo con todo lo que
transmitamos, estamos creando a nuestro alrededor, o un jardín o un desierto.
Depende única y absolutamente de nosotros, independientemente de lo que hagan
los demás. Y eso es fundamental comprenderlo, porque dejamos de culpar a los
demás de lo que nos pasa y asumimos nuestra realidad y nuestro destino. Nos
otorgamos la verdadera libertad.
16.
“Un perdón sincero puede demorar
muchos años, pero atormentando a este hombre, que es médico, también pondrás en
riesgo la vida de otras personas”. Muestra así las graves consecuencias y
responsabilidades que suponen sus actos.
17.
“Eres un ser semejante a Dios, y Dios
no es vengativo”. Somos hijos de Dios, que nos hizo a su imagen y semejanza
(Génesis 1,26). Si Dios fuese vengativo, nos habría extinguido hace miles de
años.
18.
“Si aún no puedes perdonar, al menos,
disculpa su ignorancia y aléjate”. Recuerda a Jesús, cuando en la cruz pidió
por sus verdugos (Evangelio según San Lucas 23, 34). Y le pide al espíritu obsesor
que también perdone al médico.
Este esfuerzo se facilita cuando
actuamos “como si” ya lo hubiésemos conseguido, “como si” ya lo hubiésemos
perdonado. Así, cuando nace en nosotros un sentimiento que no deseamos, ya sea
de indignación, de rabia, de odio, podemos atenuarlo, transformarlo,
neutralizarlo, si actuamos “como si” estos sentimientos no existiesen, es
decir, transformamos estos sentimientos en comprensión de nuestras
limitaciones, en autocompasión, desarrollando amor, primero, por nosotros
mismos, y después por el objeto sobre el que se dirigían esos sentimientos no
deseados. Así, donde ponemos la atención, ponemos la energía y la vida, y
podemos transformarnos por medio de esta práctica consciente. Pero no es cuestión
de reprimir los sentimientos, hay que dejarlos fluir, permitirles que se vayan,
enviarles amor y comprensión, siendo conscientes de que estamos liberándonos de
esos lastres que nos dificultaban avanzar en el camino de Dios. Entendemos que
dirigimos nuestra vida de acuerdo a la ley del amor, y que podemos evolucionar,
no a través del dolor, sino por medio de la comprensión.
Este proceso está relacionado con el efecto placebo, ya que
la fe, la confianza en que se va a producir el efecto, es la condición
imprescindible para que logremos ponerlo en práctica. Como dijo Henry Ford, “tanto
si crees que puedes como si no, tienes razón” (ver artículo La fe).
19.
“Hoy estamos en dimensiones
diferentes, si no, te tomaría en mi regazo y cuidaría de tus heridas, pero
estaré contigo, en pensamiento y sentimiento, todos los días, hasta que
encuentres la paz”. La dimensión física y la espiritual son, simplemente,
niveles vibratorios diferentes que, como ondas de radio, están todas presentes,
pero solo se capta aquella sobre la que se sintoniza, sin percatarnos de las
demás. También le explica que le acompañará “en pensamiento y sentimiento”, que
son los generadores de todo lo que existe. La oración debe basarse,
esencialmente, en ello (ver artículo La
oración de ayuda a otras personas).
20.
Doña Silvina le envía energía a través
de la palma de su mano, para que el espíritu comprenda que no solo son
palabras, sino que la energía fluídica consoladora lo impregna de amor, y el
obsesor se retira. A continuación se puede observar cómo Doña Silvina necesita
un momento de introspección para reponerse del desgaste experimentado.
21.
“No es la palabra, es la autoridad
moral. No es el tono de voz, es el tamaño del amor. Todo está interconectado.
Sin amor, no hay solución”.
Las palabras, si no van apoyadas en los
sentimientos, están vacías, pero si van cargadas de sentimiento, arrasan. El
sentimiento permite que la comunicación se impregne de una vibración muy
potente, que es captada por las personas y permite que se produzca el contacto corazón-corazón
y mente-mente. Así el sentimiento es la llave que abre la puerta, y permite que
llegue el mensaje y produzca el efecto beneficioso deseado. Esta enseñanza se
puede aplicar constantemente, todo el día, comenzando por nosotros mismos y por
nuestra familia, y continuando con todo y con todos. Y los demás no tienen nada
que ver, no influyen en nuestra decisión de actuar en base a la ley del amor.
En
la relación con los espíritus no hay engaños que funcionen, porque la
comunicación se transmite a nivel espiritual, donde las palabras no importan.
Así, en la oración, no es importante el texto, sino el sentimiento (ver
artículo La labor
diaria de la oración por los desfavorecidos y el progreso espiritual y moral).
Más
información:
Continuará
tras las siguientes reuniones, pendientes de celebrarse. Si deseas participar
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