Nunca eres juzgado (Rosamari)
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Siempre
eres escuchado en aquello que realizas, y nunca eres juzgado porque el Amor lo
evita. Los juicios son pasajeros y son de la dualidad, aquel que juzga
desconoce que puede perjudicar y lo hace inconsciente del resultado que da.
Todo en la Vida sembrado ejerce una realidad y produce una experiencia que tienes
que realizar y, al haberlo realizado, obtienes seguridad; cuando has visto lo
logrado y sabes que aún hay más, que sólo son unos pasos para crear y crear,
vas logrando certezas y adquieres serenidad.
Esa
paz se va instalando, sin ser casualidad, son pasos muy acertados, es tu
experiencia vital. Entiendes que, en tu camino, a veces el dudar, te lleva a
preguntarte y descubres la Verdad. Puede surgir confianza y también seguridad,
si comprendes tu proceso lo vas a poder integrar, y se instala en tu interior,
sólo déjate llevar y escucha esos susurros que te muestran la Verdad. Aquello
que necesitas para evitar la ansiedad, es tu tiempo, tu momento, ya nada hay
que ocultar. Es tu tiempo, tu momento, nada te separa ya.
Recuerda:
Si te amas y respetas y te perdonas todo, puedes verte como Eres y se refleja
en tu rostro; tu corazón se expresa y lo vas diciendo todo, a veces sin hablar
te entiendes mejor con el otro.
Dejas
de ver defectos, la ignorancia se transforma en un mayor conocimiento de la
diversidad en las formas. Dejas de estar confundido, porque lo que estás viendo
en otros, es lo que vive en ti mismo.
Si
te permites fluir, descubres tu potencial, llegas a tu sabiduría que te muestra
tu verdad y ella te va a conducir y también te va a guiar, sientes la Esencia
en ti, te encuentras lo natural y tu visión es transparente, nada hay que
ocultar.
Respira
y detente cuando sientas contrariedad, porque al serenar tu mente, tu corazón
te va a hablar.
Lo
que te estás dando a ti, es tu forma de sembrar, semillas de paz y sosiego, o
miedo e inseguridad. Eres un gran sembrador, tienes mucho que entregar, lo
haces de mil maneras y ninguna artificial, vas tocando el diamante que en cada
uno está.
Rosamari
Ramírez del Cerro
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