El proceso con las personas que van a morir es exactamente igual que con el resto (2 de 4)

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Comunicación recibida el 15/12/2020 (extracto textual de la sesión completa)

 

Contenidos:

-         Qué tipo de preguntas se podrían hacer.

-         Extraer información negativa.

-         La gran enseñanza que os damos.

-         Medir los actos bondadosos.

-         Alcanzar niveles insospechados de felicidad dentro de vuestro plano encarnado.

-         Marcar un camino a las personas que están próximas a trascender la vida corporal.

-         Contribuyendo a desarrollar la libertad.

-         Condiciones para avanzar en el camino del Padre.

-         Intención y evolución.

-         La ley de la inercia en el campo del progreso espiritual hacia Dios.

 

-       ¿Qué tipo de preguntas se podrían y no se deberían hacer?

 

¿Cómo te sientes?

¿Encuentras paz en la realidad de tu vida?

¿Me puedes explicar cuáles son tus grandes éxitos?

¿Qué es lo que te hace feliz, o qué es lo que te ha hecho feliz a lo largo de la vida?

 

Evitad preguntar, por ejemplo:

¿De qué te arrepientes?

¿Qué es lo que cambiarías?

 

Buscad solamente preguntar las cosas positivas, porque ellos, si lo desean, podrán meditar sobre sus errores. Intentar extraer esa información de ellos tiene la misma actitud negativa que pueden tener los sacerdotes en las confesiones. Dios conoce, y nuestro espíritu conoce. Nadie necesita explicarle a los demás de un modo forzado. Sus procesos de pensamiento podrán llevarle a entender los errores que cometió, y esos errores, si se analizan, si se comprenden, se está en condiciones de evolucionar, de aprender de ellos. Y habrá un momento en que tengan la oportunidad de poder reparar el daño causado a través de hacer el bien.

 

La gran enseñanza que os damos es que hacer el bien es el modo de poder compensar todos los errores que habéis tenido a lo largo de todas vuestras existencias. Y no es cuestión de que vayáis midiendo vuestros actos bondadosos, eso es un gran error, es como intentar dosificar el consumo del bien, ponerle un límite a la expresión del amor. Y eso solamente demuestra ignorancia y egoísmo pero, sobre todo, ignorancia. Porque el bien y el amor, cuanto más se entregan, más crece dentro de cada uno de nosotros.

 

Por tanto, profundizad en estos conceptos y entenderéis hasta qué punto podréis alcanzar niveles insospechados de felicidad dentro de vuestro plano encarnado. Y con esa actitud, estaréis en condiciones de marcar un camino a las personas que están próximas a trascender la vida corporal. Seréis una luz que les guíe. Pero solamente ellos, cada uno de nosotros, tenemos la oportunidad de elegir si queremos seguir, o no, las luces que nos marcan.

 

Y respetar esas opiniones es otra forma de amor, aunque os duela, porque estáis contribuyendo a desarrollar la libertad, y es esencial comprender que nadie puede actuar en el camino espiritual de un modo forzado. Solamente se puede avanzar en el camino del Padre de modo consciente y voluntario. Repito, consciente y voluntario. Porque todos los actos que se hacen de un modo automático, por inercia, por las enseñanzas que hemos recibido a nivel cultural, no sirven para nada en el progreso espiritual. Si no hay intención, no hay evolución. Y por eso, podemos afirmar que la ley de la inercia no funciona en el campo del progreso espiritual hacia Dios. Solamente existe el avance a través de los actos conscientes, que nos permiten actuar con criterio personal evolucionado.

 

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