Cómo influyen y qué hacen los espíritus obsesores sobre otros seres y la actitud del obsesado

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Comunicación recibida el 02/02/2021 (extracto textual de la sesión completa)

 

-       ¿Podrás hablarnos sobre cómo influyen y qué hacen los espíritus obsesores sobre otros seres, ya sean éstos encarnados o desencarnados?

 

Los espíritus obsesores tienen un gran sufrimiento y cometen el error de pensar que la causa del sufrimiento está fuera de ellos y no dentro. Por tanto, echan la culpa a algo que está fuera de ellos, ya sea una persona, una circunstancia, etc., pero normalmente se centran en determinadas personas, porque les atribuyen la causa de sus males. Con esta actitud, el amor es muy difícil que se manifieste en ellos, la oscuridad se mantiene por causa de su obcecación y cuanto más daño infringen, más sufrimiento van obteniendo. Pero debido a la ceguera que les produce el odio, la culpa, no son capaces de comprender que sus actos, que están tan alejados del amor, son los causantes de su creciente malestar y sufrimiento.

 

Los espíritus obsesores se mantienen constantemente al lado de los espíritus sobre los que quieren vengarse, provocándoles, siempre que tienen oportunidad, una determinada influencia negativa, que los espíritus obsesados captan y sufren. Pero los espíritus obsesores no pueden influir sobre el obsesado si no es como consecuencia de tener malos pensamientos. Solamente cuando se produce la sincronización de esos pensamientos es cuando el espíritu obsesor aprovecha y multiplica los efectos. Así, el ser encarnado o desencarnado que es víctima de la obsesión, cada vez que tiene un impulso negativo, este impulso queda multiplicado por la influencia del espíritu obsesor, y el espíritu obsesado siente que hay algo que le impulsa a incrementar sus malas acciones o sus malos pensamientos, pero él no lo puede controlar, porque ya ha permitido que se cree en su interior la intención de actuar de ese modo, pero se sorprende él mismo en sus actos que exceden en mucho la intención inicial, pero que simplemente son consecuencia de la multiplicación de las energías negativas del obsesado y del obsesor.

 

Así, si el espíritu obsesado, ya sea encarnado o desencarnado, es capaz de mantener una actitud pura, estará creando una barrera infranqueable para el espíritu obsesor. Por ese motivo, el Maestro Jesús, cuando expulsaba los demonios, cuando curaba a los enfermos, les decía a continuación “vete y no peques más”[1], porque con el espíritu puro y limpio, el espíritu obsesor nada puede hacer.

 

[1] Evangelio según San Juan 5,14 y 8,11

 

Otros artículos de esta colección:

Liberarse de un obsesor (1)

 

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