Contactar con los seres elevados (y 3). Cuando hay demasiada luz

You can translate this web with Google Crome

Comunicación recibida el 23/04/2020 (adaptación para comunicado público)

 

-       Tendrá que contactar conmigo alguien al que yo pueda entender, en mi nivel de consciencia. Si fuese mucho más elevado podría ser como si un universitario explicase algo de su nivel a un alumno de educación infantil.

 

Exactamente, demasiada luz nos ciega. Simplemente no se entiende. Si un doctor está enseñando su ciencia a un niño o a una persona ignorante, no lo entienden.

 

-       El doctor puede hacerse entender ante un niño, porque tiene un nivel más alto. Es el niño el que no se puede elevar al nivel del doctor. Pero en cada nivel se tiene una función diferente, cada vez más trascendente.

 

Y cuando esto se comprende estamos creciendo en humildad, porque cuando nos pensamos dignos de que Dios directamente se ponga en contacto con nosotros o que un ser de la máxima vibración se ponga en contacto con nosotros, es un modo de expresar que tenemos un nivel de soberbia que no permite que aflore la humildad. La iglesia católica dice: “Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme”[1]. Eso es una manifestación de humildad. Cuando eso se expresa con el corazón, estamos haciendo crecer la humildad en nosotros mismos. Si hay alguien que piense que contactar con hermanos como nosotros es demasiado poco para él, no podrá contactar con nadie [de niveles más elevados], porque su soberbia no le permitirá entrar en la vibración superior[2].

 

[1] Ver Evangelio según San Mateo 8,8.

[2] Nota del canalizador: sí que es posible que puedan contactar con espíritus burlones que se hagan pasar por seres elevados.

 

Otros artículos de esta colección:

Contactar con los seres elevados (1)

 

Más información:

Índice

Contactar o suscribirse

Practicar la mediumnidad


Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Qué peligros tiene la mediumnidad?

Solicitudes de Oraciones y Energía

Reflexiones que extraje de la película “La Cabaña”