Cómo conocer el destino y la misión
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Comunicación
recibida el 15/01/2025 (extracto textual de la sesión completa)
- ¿Cómo podemos averiguar
cuál es nuestra misión en la vida?
DIFERENCIA ENTRE DESTINO Y MISIÓN
Para
facilitar la comprensión a esta pregunta os dijimos anteriormente que la misión
es todo aquel desarrollo de capacidades que ayudan a los demás seres de la
Creación en su proceso evolutivo, y el destino es la evolución personal,
propia, individual, que sigue una trayectoria en el mapa de la vida[1] que se
diseña para cada ser.
Entiendo
que lo que estás comentando está relacionado más con el destino que con la
misión, pero vamos a intentar explicarlo de un modo amplio, para que pueda
comprenderse.
EL MAPA DE LA VIDA
El
destino puede compararse con un mapa donde están distribuidas todas aquellas
cualidades que han sido preparadas para poder tener la oportunidad de
desarrollarse, en mayor o menor medida, a lo largo de la etapa encarnada de un
ser evolutivo. El ser evolutivo va tomando decisiones que le van llevando por
lo que podríamos indicar como diferentes direcciones en este camino del mapa de
la vida, y estas direcciones le llevan a encontrarse con otras experiencias
que, de acuerdo con el proceso de respuesta evolutiva que dé el ser, en este
caso el ser humano, irá teniendo la oportunidad de ir acumulando, paso a paso,
cualidades cada vez más elevadas, cada vez más desarrolladas.
LAS EXPERIENCIAS Y LAS DECISIONES
La
propia vida muestra las experiencias por las que es necesario pasar, y carece
de sentido que alguien intentase saber cuáles son las etapas por las que tiene
que pasar en su camino evolutivo, porque eso depende de cada una de las
decisiones que va tomando, y por eso lo comparamos con un mapa, porque cada
decisión es como un cruce, donde se bifurca el camino y se tiene la oportunidad
de tomar decisiones de elegir un camino u otro. Al final, todos los caminos
pueden acabar en culminar el proceso, dando más o menos vueltas, siendo más o
menos tortuosos, suponiendo más o menos sufrimiento. Pero el libre albedrío que
nos da Dios a todas las criaturas evolutivas es lo que realmente tiene mérito
en el proceso, y la ignorancia de saber cuál es el camino correcto a seguir en
cada instante es el que nos permite cumplimentar estos procesos del modo
correcto.
CONCRETANDO EL CONCEPTO DE DESTINO
Podríamos
resumir el proceso del destino en observar la vida y actuar del mejor modo
posible, en función de nuestras propias capacidades, intentar aprender de cada
experiencia e ir arrinconando todo lo que vayamos considerando como defectos,
para ir transformándolos, convirtiéndolos, en modelos de luz, que son el modo
de evolucionar en amor y en sabiduría.
CONCRETANDO EL CONCEPTO DE MISIÓN
En
cuanto a las misiones, son la expresión de las capacidades adquiridas que
tenemos la oportunidad de poder emplear en la ayuda del desarrollo de otras
personas, porque cada vez que transmitimos amor estamos creando un entorno,
estamos generando una energía que nos está permitiendo llegar a los corazones,
a las almas de las personas.
LA SINTONIZACIÓN VIBRATORIA
Pero
solamente lo captan las personas que están preparadas para ello, las que están
en la frecuencia adecuada, porque todos somos energía, y la energía tiene un
determinado nivel de frecuencia. Cuando se está en el nivel de frecuencia
apropiado se contacta con los seres adecuados también. Cambiando el nivel de
energía, el nivel de vibración, la frecuencia, el contacto es diferente. Se
establece con otros seres, ya sean de niveles vibratorios más elevados o menos.
LA ENERGÍA VIBRATORIA MÁS ELEVADA QUE NOS ES POSIBLE
Y
con esa energía vibratoria que podamos emanar cuando estamos en el modo más
elevado que nos es posible, estamos teniendo la oportunidad de poder recibir
enseñanzas, información, ejemplos, de seres que se encuentran en ese nivel
vibratorio de forma habitual, seres más elevados, más sabios, más amorosos. Y eso
ocurre cada vez que observáis cualquier gesto de cualquier persona que esté
haciendo el bien.
CENTRARNOS EN EL BIEN EN TODAS LAS CIRCUNSTANCIAS Y MOMENTOS
Si
realmente queréis evolucionar, debéis comprender la importancia de centrarnos
en el bien en todas las circunstancias y momentos, y todo lo que sea ausencia
de bien, en el momento en que lo conocéis, podéis desecharlo de vuestra vida,
porque habéis comprendido que ese no es vuestro camino. De este modo estaréis
comportándoos, expresándoos, sintiendo, pensando, viviendo, de acuerdo con la
mejor vibración que podáis expresar. Ese será el modo de desarrollar vuestro
destino, porque todas las experiencias por las que paséis, todas las
experiencias que se os presenten, os van a ayudar siempre a poder crecer, cada
vez más, y esta actitud positiva que podáis tener es la que os ayudará a
encontrar experiencias positivas también, que os facilitarán este proceso evolutivo
sin confundiros por los caminos tortuosos del error. Este tipo de actitud, este
comportamiento, es una luz que se abre en el camino de la vida y que pueden
seguir otras personas. Y cuando hay personas que os tienden la mano y tenéis la
capacidad de poder ayudar, estáis en condiciones de generar esa misión de
apoyo, de ayuda, a otros, y será la forma de que podáis transmitir vuestras
virtudes, simplemente por la expresión de vuestra realidad.
LA MISIÓN NO REQUIERE ESFUERZO
Por
tanto, el concepto de misión no requiere ningún esfuerzo, es el modo de
expresar la vida siguiendo el propio camino que corresponde a nuestro destino.
Pero hay veces que el destino incluye transmitir esta información a muchas
personas, y hay personas que escriben libros, que imparten enseñanzas, y
observa en la felicidad que producen estas actividades. Y hay otras personas
que son capaces de aportar belleza a la vida, y esa es su forma de contribuir,
pero también de desarrollarse, porque la expresión de nuestro propio destino es
evolucionar personalmente, pero se evoluciona a través de la puesta en práctica
de las virtudes, y esa puesta en práctica de virtudes puede incluir
perfectamente la expresión a través de la música, de la pintura, de la escultura,
de la canción, de la poesía, de la literatura, de un acompañamiento, de guardar
silencio, de ceder el hombro, de entregar sonrisas. En cada momento tenemos
oportunidades diferentes, y esa es la magia de la vida, porque manteniendo la
actitud positiva nos podemos expresar de acuerdo con nuestra mejor versión en
cada momento, una versión que hemos desarrollado, que hemos aprendido, que
hemos consolidado y que, precisamente por eso, tenemos la oportunidad de poder
expresarla de forma fluida, de forma eficiente.
LA PREPARACIÓN PREVIA A LA MISIÓN
Como
es arriba es abajo, y en cada una de las facetas de la vida, de la expresión de
nuestra alma, solamente podemos realizar cada uno de los atributos que tenemos,
solo podemos expresarlos, cuando los hemos desarrollado convenientemente,
porque hemos sido creados como semillas, y de nuestro esfuerzo depende que nos
convirtamos en grandes árboles, con ramas que den sombra y cobijo a quien lo
necesite, que den alimento a quien esté hambriento, y que permitan que la
belleza se exprese en toda nuestra dimensión.
EL ENTRELAZAMIENTO DE DESTINO Y MISIÓN
Comprended,
por tanto, que el destino y la misión son dos cualidades entrelazadas, son dos
formas de participar en el proceso de la vida, y la una depende de la otra. Es
necesario desarrollarnos a través de nuestro destino para poder cumplir
misiones de apoyo y de ayuda a otros seres. Si no nos hemos desarrollado
nosotros, nada podemos ayudar.
LA REGLA DE ORO Y LA DISPONIBILIDAD DE SERVICIO
Y
la enseñanza del Gran Maestro Jesús, que amemos al prójimo como a nosotros
mismos[2], es una forma sobre la que podemos dirigir la comprensión de todo
esto que hemos hablado, porque hasta que no aprendamos en lo interno, no
podremos expresarlo en lo externo. Y esta vida interior no es otra cosa que la
evolución personal. Cuando hemos evolucionado, tenemos mayor capacidad para
poder dar servicio a los demás, y por eso, cuanto más se eleva un espíritu, más
actitud de servicio tiene, más capacidad de servicio muestra, más
disponibilidad de servicio entrega en cada momento.
[1]
Ver definición de Mapa de la vida.
[2]
Evangelio según San Mateo 7:7-12 y 22:37-40
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