Paciencia y humildad (1)
Comunicación realizada
el 18/03/2020 (transcripción íntegra)
SOLICITUD
Contenidos:
-
La paciencia
es uno de los atributos de amor.
-
La humildad.
-
Lo que
transmitimos.
-
La
adversidad.
-
Cada prueba
es siempre proporcional a la necesidad de aprendizaje.
-
El virus que
se ha extendido en el mundo os da la oportunidad de cambiar.
-
No existe
adversidad sin la posibilidad de una finalidad positiva.
-
El tamiz de
la comprensión de oportunidades de progreso.
-
Evitar la
adversidad es el impulso que Dios nos da.
-
No existe
progreso sin prueba que superar.
-
La Regla de
Oro de Jesús va evolucionando.
-
Transmitir
el amor, como apóstoles del Padre Eterno.
-
Nunca
exigid, siempre aconsejad.
-
Transmitir
la verdad, la belleza y la bondad a través de vuestro ejemplo.
-
Los millones
de seres desencarnados que estamos transmitiendo estas enseñanzas.
-
Ni los
hermanos médiums ni los hermanos espirituales debemos ser dignos de adoración.
-
La humildad
tiene que formar parte imprescindible del progreso.
SOLICITUD
Queridos Hermanos de Luz,
quería pediros consejo sobre la paciencia. En esta época que estamos
transitando, la paciencia creo que es una de las virtudes que más intensamente
vamos a desarrollar. Me gustaría conocer vuestras opiniones y consejos, para
poder transmitírselos a todas aquellas personas que les pueda ser de utilidad.
RESPUESTA
La paciencia es uno de los
atributos de amor. Para tener paciencia es necesaria la humildad, que nos
permite comprender que todos estamos en un proceso evolutivo diferente, y que
los errores de los demás son tan perdonables como los errores propios. Cuando
demostramos paciencia en la vida estamos transmitiendo comprensión por nuestras
propias debilidades, que es el primer paso para comprender las debilidades de
los demás. La adversidad se nos muestra en la vida a través de muchas caras. En
otras épocas, la adversidad ha sido muchísimo más cruel, porque las personas de
entonces también lo eran. Y cada prueba es siempre proporcional a la necesidad
de aprendizaje.
El virus que se ha extendido en
el mundo os da la oportunidad de cambiar. Es una gran oportunidad que tenéis, y
cada uno la elegirá o la rechazará de acuerdo a su propia voluntad, porque
tenéis libre albedrío. Pero debéis entender que no existe adversidad sin la
posibilidad de una finalidad positiva. En el momento en que se entiende esto
tenéis abierto un mundo nuevo, porque a partir de ese momento, cada situación,
cada hecho, cada experiencia de la vida, la estáis observando bajo el tamiz de
la comprensión de oportunidades de progreso. Y es cierto que, ante cualquier
tipo de adversidad, de dolor, de sufrimiento, tenemos la tendencia innegable de
evitarlo, resolverlo, huir de él. Es el impulso que Dios nos da a todos los
seres evolutivos para enfrentarnos a toda prueba y lograr la evolución
progresiva, incesante, para la que venimos a la creación, y para la que estáis
en el mundo material.
Observad la vida en un sentido
amplio. Comprended la realidad de que no existe progreso sin prueba que
superar. Y con ello comprenderéis la importancia de la paciencia, que os permitirá
sonreír a la adversidad, comprender al que os ofende y cumplir con la Regla de Oro
de Jesús[1]. Pero esa regla va evolucionando según crece vuestro espíritu en
verdad y en bondad. Y otra vez, de la paciencia, vais consiguiendo transmitir
el amor, como apóstoles del Padre Eterno, a todo ser con el que os encontréis,
a través de vuestro ejemplo. Porque tendréis una actitud amorosa,
misericordiosa, a través del desarrollo de la paciencia y el respeto a la
libertad que Dios ha otorgado a todos los seres de la creación. Por eso, nunca
exigid, siempre aconsejad, pero únicamente cuando en vuestro corazón y en
vuestra mente os parezca estrictamente necesario. Comprended que, por mucho que
améis a determinadas personas, ellas, lo mismo que vosotros, tienen libre
albedrío para elegir, y si os constituís en apóstoles del Padre Eterno, buscaréis
transmitirles la verdad, la belleza y la bondad a través de vuestro ejemplo,
para que tengan la posibilidad de entender la victoria del nuevo modelo que
presentó Jesús de Nazaret a toda la humanidad, y que venimos a corroborar los
millones de seres desencarnados que estamos transmitiendo estas enseñanzas a
través de los otros tantos millones de hermanos encarnados que se prestaron para
cumplir esta honorable misión.
Pero recordad que ni los
hermanos médiums ni los hermanos espirituales debemos ser dignos de adoración,
y que no somos estrictamente superiores, salvo en lo que marca el criterio del
Padre Eterno en el progreso espiritual, y que nos exige ser los últimos entre
todos. Por tanto, comprended también que la humildad tiene que formar parte
imprescindible del progreso, creciendo tanto más cuanto más se evoluciona en el
camino del Padre Eterno.
Comentarios
Publicar un comentario