La alegría (3)

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Comunicación recibida el 11/01/2022 (extracto textual de la sesión completa)

 

La alegría es una manifestación de la personalidad. Puede estar vinculada a las virtudes, pero también puede estar vinculada a la ignorancia. La alegría no garantiza que se esté avanzando por el camino, y el elemento verdaderamente diferenciador es cuando incluye o no incluye la felicidad.

 

La alegría sin felicidad puede estar relacionada con el consumo de alcohol o de otras sustancias. La alegría sin felicidad puede estar vinculada a la derrota de los adversarios, o a la imposición de los objetivos. Estas formas de alegría, que es alegría egoísta, no pueden incluir felicidad en ningún momento, y se puede percibir perfectamente el vacío que dejan y, precisamente, ese vacío es el que permite que unas personas elijan seguir el camino del amor, y otras busquen cubrir ese hueco con otras acciones egoístas, que les volverán a producir más y más vacío espiritual. Por tanto, la alegría que no tiene vinculado el amor, y no tiene vinculada la felicidad, en ningún momento conseguirá saciarse. Siempre mantendrá un vacío que no permitirá realmente alcanzar la plenitud.

 

Sin embargo, la alegría que está vinculada al amor, genera felicidad, y esa alegría nunca puede ser egoísta, porque es una consecuencia, no es un objetivo, como en el primer caso. Y al ser una consecuencia, lo que se busca no es la alegría ni la felicidad, sino que es realizar actos de amor, y esos actos serán los que provocarán la alegría y la felicidad en el corazón de las personas. Y a diferencia de la otra forma, esta alegría siempre llena el alma, siempre la colma, porque es la felicidad la que se manifiesta a través de sonrisas, a través de canciones, a través de abrazos, a través de tantas y tantas manifestaciones en las que se produce la consecuencia del amor.

 

Por tanto, entended que, del mismo modo que el miedo, que tiene una parte útil y otra parte que es importante, necesario, superar[1], el concepto de la alegría también tiene una doble vertiente. Es como el concepto de ese filo de la espada, que a un lado o a otro, las consecuencias son totalmente diferentes

 

[1] Ver artículo ¿Tiene alguna utilidad el miedo?

 

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