El espíritu de una persona en coma
Comunicación realizada el 14/05/2020
(extracto textual de la sesión completa))
Contenidos:
-
Los
espíritus elevados y los espíritus que tienen poca luz.
-
Cuando la
lección se aprende.
-
El indicador
del sufrimiento.
-
Cuándo
desaparece el sufrimiento.
-
La ley del
amor y el sufrimiento de las personas.
- Mientras una persona está en coma, con
su cuerpo inerte ¿dónde y cómo está su espíritu?
No existe regla fija. Los
espíritus elevados se mueven de forma libre. Los espíritus que tienen poca luz
están fijados al cuerpo, se encuentran como enjaulados, aprisionados,
sufriendo, al ver con impotencia que quieren moverse y no pueden, quieren abrir
los ojos y no les es posible, quieren pedir socorro y ninguna voz sale de su
boca. Pero las personas que tienen elevación espiritual observan de un modo
compasivo y cariñoso ese cuerpo físico con el que todavía se mantienen unidos,
pero pueden moverse con mayor libertad. Y podéis pensar que es una situación
dolorosa y cruel, pero tened en cuenta que son lecciones que tienen que recibir
las almas. En el momento en que la lección se aprende, se pasa al siguiente
nivel.
El sufrimiento es el indicador
de que no se aprende la lección, y se permanecerá en sufrimiento hasta que se
consiga aprender. Entended esto, es una lección muy importante, porque cuando
se tiene fe, cuando se tiene esperanza y cuando se tiene amor, el sufrimiento
desaparece. Y aunque exista dolor, en los labios y en los ojos se realizan los
esfuerzos necesarios para hacer surgir la luz por encima de las tinieblas, la
amabilidad por encima del dolor. Es un proceso que permite hacer que se avance
en el ámbito espiritual de un modo muy rápido. Es una práctica que hace que se
suba de escalón de una forma efectiva.
Y cuando se entiende la ley del
amor, se intenta ayudar a paliar el sufrimiento de las personas. Y cuando se
tiene la capacidad, ayudadles a que disminuya su dolor, pero nunca a través de
la muerte. Porque, del mismo modo que el suicidio no es asumible de acuerdo a
la ley de Dios, dejar morir a una persona, es un modo de asesinato.
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