El suicidio
Comunicación realizada el 17/06/2020
(transcripción íntegra)
Contenidos:
-
La finalidad
de nuestro paso por esta vida.
-
Qué es la perfección.
-
Funciones de
las pruebas a las que estamos sometidos.
-
La
trascendencia del breve tiempo que estamos en el mundo material.
-
Utilidad de
las experiencias.
-
Las
decisiones de entrar y salir de este mundo.
-
Intentar
escapar de las pruebas de la vida.
-
Las
consecuencias del suicidio.
-
Cuando
entendemos que estamos siempre acogidos por la voluntad del Padre Eterno.
-
Solamente
los seres más débiles son los que tienen pruebas pequeñas.
-
Qué
significa tener pruebas grandes.
-
Efectos de
la confianza en la voluntad de Dios.
-
La parte más
triste que puede haber en el plano espiritual.
-
Siempre hay
esperanza.
-
Ante
cualquier problema, la única forma de resolverlo es enfrentarse a él.
-
El suicidio está
siempre vinculada a un sufrimiento atroz.
-
Estas líneas
pueden ser una oportunidad para encontrar el camino.
-
Lo que
producen estas enseñanzas.
Nuestro paso por esta vida
tiene la finalidad de perfeccionarnos. La perfección consiste en la mejora
progresiva de las capacidades que tenemos para entender las realidades, tanto
internas como externas.
Todas las pruebas a las que estamos
sometidos permiten cumplir dos funciones, que son:
- Superarnos
en cuanto a capacidades, por medio de la experiencia y el aprendizaje de las
mismas, y…
- Demostrar
que hemos alcanzado esa superación, en caso de que hayamos comprendido esa
lección en el ámbito teórico, tanto mental como emocional.
El breve tiempo que estamos en
el mundo material es apenas un instante en la eternidad, pero tiene una
trascendencia fundamental a la hora de consolidar toda la evolución que hemos
podido adquirir con el aprendizaje, tanto en las fases corporales como en las
fases espirituales de vidas anteriores, y durante la propia vida actual. Esas experiencias
nos permiten enfrentarnos a las realidades de nuestras necesidades dentro del
plano físico.
Y tanto el momento de entrar en
este mundo como de salir de él, en ningún caso corresponden por derecho a
nuestras decisiones. Intentar escapar de las pruebas de la vida es una forma de
rendirse ante ellas, teniendo unas consecuencias que son muchísimo peores que
el sufrimiento que queremos evitar. Y esto no es por una cuestión de crueldad
de Dios, sino por necesidad de aprendizaje propio.
En el momento en que entendemos
que estamos siempre acogidos por la voluntad del Padre Eterno, todas las
alegrías las aceptamos de corazón, y todas las pruebas las entendemos como
oportunidades de enseñanza, por duras que sean, ya que solamente los seres más
débiles son los que tienen pruebas pequeñas. Y ante pruebas grandes podemos
convencernos, manteniendo siempre la humildad, de que hasta ese momento
habíamos avanzado mucho en el camino del Padre Eterno.
Por oscuro que sea el túnel,
por difícil que sea la prueba, el hecho de tener confianza en la voluntad de
Dios nos ayuda de un modo indiscutible para poder enfrentarnos a la realidad,
resolviendo los problemas de acuerdo a nuestras mejores capacidades y a nuestra
mejor voluntad, y confiando constantemente en que Dios jamás nos pondrá una
prueba que no nos corresponda.
La parte más triste que puede
haber en el plano espiritual es la de los pobres hermanos que han decidido
voluntariamente abandonar la vida física. Siempre hay esperanza, solo es
necesario buscar para encontrar, porque ante cualquier problema, la única forma
de resolverlo es enfrentarse a él. Esperar a que el problema desaparezca es un
gran error porque, lejos de ello, el problema se acrecienta. Igualmente ocurre
lo mismo con este tipo de decisiones erróneas, donde la fase de arrepentimiento
[tras consumar el suicidio] está siempre vinculada a un sufrimiento atroz.
Pero estas líneas permiten
comprender que esto puede ser una oportunidad para encontrar el camino, porque
el que estaba perdido y ha buscado, a través de estas líneas ha podido
encontrar la respuesta. Por tanto, el que buscó, encontró.
Y estas enseñanzas implican la
responsabilidad de este conocimiento, pero muy especialmente otorgan la
comprensión, la oportunidad que se tiene, de transformar los pensamientos
negativos en pensamientos de esperanza[1].
[1] Los pensamientos producen
sentimientos y, ambos, transforman los actos que realizamos, modelando nuestra
vida de acuerdo a nuestras decisiones puestas en práctica. Comprender esto nos
hace dueños de nuestro destino.
Más información:
Comentarios
Publicar un comentario