La caridad (2)
Comunicación recibida el
09/12/2020 (extracto textual de la sesión completa)
Contenidos:
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La caridad y
el amor.
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Cuando
alguien os tiende la mano.
-
Imaginaos
que estuvieseis vosotros en esa situación.
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Mirar a los
ojos a las personas.
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La primera
forma de caridad que debéis ejercer.
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Guía de
actuación.
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Qué dar.
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La
importancia del contacto.
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Cómo tender
la mano.
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Caridad y
sentir pena.
-
Función de
las situaciones dolorosas.
-
Avanzar
rápido en el camino hacia Dios.
-
Las
oportunidades que surgen en la vida.
La caridad es una de las más
sublimes expresiones del amor. Cuando alguien os tiende la mano, entended que
necesita vuestra ayuda. Desechad los pensamientos negativos. Si no lo necesita,
nadie está pidiendo en la calle. Y darles una limosna es algo que debería
haceros pensar. Imaginaos que estuvieseis vosotros en esa situación. Pensad qué
es lo que querríais que ocurriese.
Entended que es muy importante
mirar a los ojos a las personas, y la primera forma de caridad que debéis
ejercer es la del amor. La transmisión del amor en todas sus manifestaciones,
de acuerdo a las circunstancias de cada momento. Unas veces podrá ser dándoles
dinero, pero en la mayoría de las ocasiones será dándoles esperanza. Dadles
apoyo, permitidles que entiendan que tienen la posibilidad de poder progresar,
porque la dignidad perdida como consecuencia de la necesidad, hace que sea muy
difícil superar la situación, y si tenéis la posibilidad de poder influirles
con una frase amable, podréis estar alegrando el día a esa persona.
Entended la importancia del
contacto. El contacto visual, el contacto de las manos, el contacto de los
corazones, el contacto de las almas. Cuando alguien viene a pediros, muchas
veces, lo que necesita es, precisamente, que le transmitáis amor. Y la caridad
se puede realizar en cualquier momento del día, en cualquier situación en la
que observéis que hay alguien que puede necesitaros. Tendedle la mano, sin
obligarles, pero que entiendan que estáis dispuestos a ayudar en lo que
necesiten.
Esa es la forma de caridad que
se puede aplicar a todas las personas, porque es la manifestación del amor en
todas las relaciones en las que os encontréis.
Por tanto, no entendáis el
concepto de caridad como ayudar económicamente a los necesitados, que eso
también lo es, pero hay veces que una sonrisa puede ser la mejor de las ayudas,
la mejor de las terapias, para una persona que se siente sola, que se siente
triste, que se siente perdida, y que está buscando una luz que le pueda guiar
en el camino que necesita para salir de la situación en la que se encuentra.
Observad hasta qué punto puede ser importante que le apoyéis en ese momento.
Pero ejercer la caridad no
significa sentir pena, sentir compasión, en el sentido en el que se entiende
habitualmente. Esa es una forma de sufrir con la otra persona. Fijaos en lo que
puede hacer un médico con un enfermo, observa la enfermedad y hace lo que sea
necesario para resolver el problema.
Así hay que actuar, sin sufrir
por ello, sino transmitiendo esperanza, en primer lugar, a vosotros mismos,
porque las situaciones que puedan parecer más dolorosas, debéis entender que si
os llegan a vosotros a través de la experiencia es porque algo tenéis que
aprender de ello, y la ayuda que podáis dar a cualquier persona es una forma de
avanzar en el camino hacia Dios de un modo muy rápido. Ya lo dijo el Gran
Maestro Jesús, cuando nos enseñó que, cuando estéis ayudando a un necesitado, a
él lo estáis ayudando. Por tanto, mantened los ojos abiertos, porque en la vida
os encontraréis muchas situaciones en las que tendréis la oportunidad de dar lo
que los demás necesitan. Y no siempre es una cuestión económica o material. En
muchas de las ocasiones también puede ser de tipo moral, dándoles ánimo,
dándoles alegría, o simplemente escuchando.
Nota del canalizador: considero
oportuno leer, en el documento Una nueva
sociedad, la sección “ayudar a los
necesitados”. Las conclusiones solo las puedes sacar tú.
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